EJERCICIOS PARA MEJORAR LA INTELIGENCIA EMOCIONAL
Como mencionamos previamente
el desarrollo de la inteligencia intrapersonal es vital para establecer cualquier
tipo de relación social. Sin embargo, no dejemos de lado la inteligencia
emocional, que es la capacidad que poseen las personas para tomar conciencia de
sus emociones o sentimientos y las de los demás, de tal manera que las mismas
no supongan una limitación para la consecución de tus objetivos, sino todo lo
contrario, que sirvan para lograr un crecimiento y no un obstáculo.
Es por ello que a
continuación te proponemos una serie de ejercicios que podrán ayudarte a
desarrollar la inteligencia emocional.
1.- ¿Quién eres?
Lo más importante para
poder desarrollar tu inteligencia emocional es saber quién eres, como actúas
ante el mundo, qué te hace feliz, qué te enfurece, tus virtudes y tus defectos.
Si tienes un vago
conocimiento sobre ti mismo/a, te será difícil gestionar las distintas
situaciones que debas afrontar. Sin embargo, ser capaz de detectar a priori
cuál sería tu comportamiento o tus emociones, será el primer paso para aprender
a manejarlas en tu beneficio.
Haz reflexiones constantes
sobre tus reacciones y emociones, y posteriormente realiza una descripción
sobre ti mismo y defínete en distintas áreas de tu vida.
2.- Reconoce tus emociones
Te sugerimos que al finalizar cada día, durante un periodo aproximado de una semana, marques las emociones que has sentido. Esto te ayudará a ser más consciente de las mismas, y en consecuencia desarrollarás mayor capacidad para su manejo.
Una vez que seamos
capaces de conocer lo que sentimos, es importante distinguir tanto las
emociones positivas como las negativas, ya que existe la tendencia a negar
estas últimas. Así mismo, interesa aclarar que ambas son necesarias, y lo que
debemos es aprender a gestionar tanto unas como otras en nuestro propio
beneficio.
3.- Piensa antes de
actuar
Es recomendable que ante
situaciones que impliquen emociones intensas como pudieran ser tristeza, ira,
rabia, etc., la persona no se deje llevar por sus impulsos y que sea capaz de
parar y darse un espacio de tiempo para poder actuar.
Para ello, puedes evaluar
cuáles son las situaciones donde eres más proclive a no darte este espacio de
tiempo y, tras detectarlas, definir cuáles pudieran ser las señales de alarma
que te avisarán de que debes retirarte de la situación para reflexionar. Tras
este momento, debes dejar pasar un poco de tiempo para permitir que tu estado
de activación o ansiedad disminuya poco a poco, con el paso del tiempo, y
empleando técnicas de relajación o pensando en algún recuerdo agradable.
4.- Aprender a escoger
las emociones apropiadas en cada momento
Desarrollar tu
inteligencia emocional se trata de saber gestionar cuáles son las emociones
correctas, dónde, por qué y para qué. Para ello, una vez más debemos pararnos a
pensar cómo reaccionar ante aquellas situaciones que percibamos como
conflictivas, por ejemplo, ante las críticas. Valorar las ganancias y las
pérdidas que se produzcan como consecuencia de mostrar nuestro estado emocional
nos ayudará a saber cómo actuar. En estos casos, hacer un listado de beneficios
y prejuicios sería conveniente.
5.- Desarrolla tu empatía
Es muy importante ser
capaz de entender las emociones de los otros, ya que es algo fundamental en
nuestras relaciones personales. Es frecuente que las personas transmitamos
nuestras emociones a través de gestos. Captar el lenguaje no verbal del otro
nos ayudará a reconocer qué es lo que siente y así podremos empatizar con él o
ella.
Puedes entrenarte ante
situaciones del día a día y hacerlo de forma cotidiana, donde intentes analizar
los gestos o palabras de los otros para así intentar averiguar cómo se sienten
ese día. Posteriormente puedes dar información a la persona sobre lo que has
visto para ver si coincide con la realidad.
Ponerse en el lugar del
otro, escucharle, intentar averiguar por qué piensa o siente de esa manera,
entender sus circunstancias, así como interpretar sus gestos, es importante de
cara a ser empático.
6.- Trabaja tu eficiencia
Puedes entrenarte ante
situaciones donde siempre has reaccionado de forma no satisfactoria,
preparándote con anterioridad para exponerte a la misma y elaborando un listado
de comportamientos alternativos que te permitan alcanzar el objetivo.
7.- Utiliza tu potencial personal
Toma conciencia sobre
cuáles son tus potencialidades para que después puedas desarrollarlas y
utilizarlas en tu beneficio. Para ello puedes dedicar unos minutos al día en
distintas actividades, para después pararte y fijarte en lo que estás haciendo
y sintiendo y detectar en qué eres eficaz.
Reconoce tus miedos, tus
inseguridades o temores, pues son estos los que impiden que saques todo tu
potencial.
Apúntate en actividades
que sean retos para ti, te enseñarán cosas nuevas sobre ti mismo/a.
Les dejo un video animado para comprender que tan importante es desarrollar nuestras emociones.